Taylor Swift subió al escenario principal de los Grammy Awards 2013 siendo una de las grandes favoritas del evento, para realizar un colorido performance de su tema "We Are Never Ever Getting Back Together".
Taylor lució de manera sofisticada y divertida entretanto se paseaba cual niña en medio de un mundo del cual parece nunca querer salir rodeada de personajes ficticios al ritmo de una balada que más que amor, refleja el final definitivo de una relación. Taylor es sinónimo de poder y todo lo que ella haga será siempre bienvenido. Excelente temática, y una pose de diva al final muy poco común en ella que bien supo endulzar con una muy cálida sonrisa.