En la carrera de cualquier cantante de fama y prestigio, siempre ha habido y habrá cierto tipo de debate que de manera repentina nos hará poner en tela de juicio si su trabajo continúa o no gustándonos. Madonna, por supuesto, no ha sido nunca la excepción. Apesar de que su más reciente disco ("MDNA") sufrió la desventura de unirse al grupo de los discos de la cantante que no gustan (o no del todo), hubo un tiempo en el cual esto no sucedía. Y es que hasta hace apenas una década, los discos de Madonna podían calificarse de joyas invaluables, lo dice alguien que cayó rendido ante su indudable talento y no ante sus innumerables escándalos. A discos como "True Blue", "Like a Prayer" y "Erotica", se le sumó hace exactamente 15 años, un 3 de marzo de 1998, el magistralmente concebido; "Ray Of Light", un disco que hizo que Madonna rompiese de manera definitiva el mito de que una cantante mayor de 40 años no podía seguir más cargando con el éxito ganado durante sus años de juventud debido a que se suponía, que para entonces, estaría más que acabada. Con "Ray Of Light", Madonna demostró que cuando una quiere reinventarse, hacerse ver joven y llena de experiencias e historias que contar, consejos que dar, y espectáculos que montar, indudablemente, puede, fue por eso que puso todo de sí y de su experiencia y ansias de dar a conocer algo radicalmente nuevo que dio vida a su primer disco con raíces electrónicas, "Ray Of Light". Con la ayuda de dos magos de la música, los productores William Orbit y Patrick Leonard, fue que Madonna volvió una vez más a demostrar quien era la artista pop más importante de la historia, en tiempos en que se clamaba, el pop adolescente había terminado por sepultar a artistas relativamente pasados de moda (esto incluía incluso a Michael Jackson).
En términos de contenido, "Ray Of Light" fue y es: claro, espiritual, fresco, futurista, profundo, sabio, de sonido inédito y, sobre todo, único (nada se le compara, aunque muchos aseguren lo contrario). En cuanto a cifras: un éxito total. El álbum vendió más de 16 millones de copias y le aseguró a Madonna la dicha de volver a la industria luego de 4 años, en medio de los cuales abrazó la Cábala como su nueva religión, con 4 victorias y sonoros aplausos durante la entrega de los premios Grammy de 1999, incluyendo "Mejor Grabación Dance" y "Mejor Álbum Pop".
Madonna interpretando el tema "Nothing Really Matters" durante la cuadragésima segunda entrega de los premios Grammy, 1999
Quien escribe lo considera el mejor disco de Madonna, apenas unos metros por encima de la fascinante "Like a Prayer" y de la muy menospreciada "Erotica". Si de contar cual de los cinco sencillos que se lanzaron del álbum es mi favorito, diré que ese es: "Frozen".
Algo es cierto, Madonna, la leyenda, puede haberse rebajado últimamente y haberse mostrado por momentos vulnerable frente a quién todos nosotros sabemos bien. Pero algo sí es cierto, ella nunca dejará, por más escándalos que protagonice, de ser quien es: La Dama, Reina, Diosa Madre del Pop. Y eso es algo que no sale de nuestra boca así porque sí: eso está escrito y verificado y permanece vivo dentro de todas y cada una de sus colegas más jóvenes. ¿O es que acaso hace falta que mencionemos de quienes?