Hecho el escándalo, hechos tanto detractores como defensores. Así como lo oyen, luego de haber recibido innumerables críticas de supuesto racismo contra la población japonesa, esto tras el estreno de su vídeo "Hello Kitty", la cantante candiense Avril Lavigne se hizo acreedora de un fuerte contingente de excusas (si es esa la palabra correcta) por parte de críticos y periodistas japoneses que no solo la defendieron de esta suerte de escándalo, sino que además ofrecieron sendas razones por las cuales este hecho debería ser considerado como algo simplemente ridículo.
"Las búsquedas en la 'Twitosfera' y en la 'blogosfera' dan muestra de que las reacciones fueron generalmente favorables. Las personas que están acusando a la artista de ser racista no son japoneses, por otro lado, gran parte de Japón no se está tomando este hecho tan en serio", declaró Nobuyuki Hayashi, conocido portavoz japonés, a la prestigiosa revista Billboard.
"A mí parecer, cuando la cultura retratada resulta siendo desconocida por la mayoría, todo parece ser diferente de la realidad. Cuando alguien quiere llegar a una cantidad mayor de personas, las imágenes exigen tener un mínimo de denominador común", opinó por su parte Hiro Ugaya, periodista japonés, apuntando al hecho de que el tema fuera lanzado como sencillo únicamente en Japón, esto a manera de agradecimiento para con los fans japoneses de la cantante.
"Si hubiese sido Katy Perry la del vídeo, nadie lo estaría cuestionando", criticó el director de Live Nation en Japón aduciendo que de no tener Avril la imagen de chica "punk" que posee, el vídeo no habría sido catalogado como "burla" en contra de la población japonesa.
A nosotros, desde luego, nos alegra saber que no somos pocos los que desde un inicio compartimos los puntos de vista aquí expuestos.
Play: Hello Kitty